SOBRE LA EPILEPSIA

¿Debe tratarse la primera crisis epiléptica?

En Europa se sigue la tendencia de no comenzar a tratar con medicamentos a la persona que ha sufrido una crisis única; en Estados Unidos se tiende a tratar desde el primer episodio, probablemente para evitar complicaciones médico-legales.

Algunos neurólogos creen que SÍ debe iniciarse un tratamiento tras la primera crisis dado que el riesgo de recurrencia suele ser del 36% en el primer año, del 48% a lo largo de tres años y del 56% en los cinco primeros años desde el episodio único.
Para otros neurólogos UN EPISODIO ÚNICO NO DEBE TRATARSE NUNCA a menos que se reproduzca. De hecho, la definición de epilepsia incluye la recurrencia de las crisis como condición diagnóstica, algo que no se cumpliría en el episodio aislado. Además, medicar desde la primera crisis obligaría a un gran número de personas, probablemente no epilépticas, a realizar tratamientos prolongados innecesarios y con efectos adversos considerables.

Se deben individualizar los casos:

En adultos con profesiones de riesgo (por ejemplo, conductores profesionales, pilotos, etc.) SÍ estaría indicado el tratamiento, dado el elevado riesgo social que puede acarrear una segunda convulsión.

Ante un estado de MAL EPILÉPTICO (estatus epiléptico) sin causa conocida, SÍ estaría indicado el tratamiento.

Si el paciente padece una AGRESIÓN CEREBRAL AGUDA (infección del sistema nervioso central, traumatismo craneal, enfermedad cerebro vascular,.) y vemos al paciente en la fase aguda del proceso, SÍ debe medicarse. Si el paciente es atendido después de haber sufrido el episodio agudo, sólo se trataría si la manifestación inicial fuese un estado de mal epiléptico.

Si el paciente padece una AGRESIÓN CEREBRAL AGUDA (infección del sistema nervioso central, traumatismo craneal, enfermedad cerebro vascular,.) y vemos al paciente en la fase aguda del proceso, SÍ debe medicarse. Si el paciente es atendido después de haber sufrido el episodio agudo, sólo se trataría si la manifestación inicial fuese un estado de mal epiléptico.

En general, DEBE DARSE AL PACIENTE QUE HA TENIDO UNA CRISIS AISLADA LA OPCIÓN DE INICIAR EL TRATAMIENTO; para ello se le informará de los riesgos de nuevas crisis y de los inconvenientes de la medicación. Después, médico y enfermo llegarán a un acuerdo sobre la actitud a tomar.

En resumen, podemos decir que en la gran mayoría de los casos NO SE TRATA UNA PRIMERA CRISIS. Tras la segunda crisis la probabilidad de sufrir nuevos episodios se eleva a un 65%, de ahí que, normalmente, SÍ se aconseje el tratamiento.