EPILEPSIA Y TRATAMIENTOS

Diagnóstico de la epilepsia

El diagnostico de epilepsia se establece fundamentalmente a través de una historia clínica minuciosa. Dado que generalmente el médico no puede observar las crisis epilépticas tiene que basarse en la descripción realizada por el paciente y los testigos.

Además de la historia clínica, y de la exploración física y neurológica, se realizan algunas pruebas complementarias como análisis de sangre, electroencefalograma y pruebas de imagen como la TAC y la resonancia magnética craneal. Todo ello nos permite establecer además del diagnostico de epilepsia, identificar el tipo de síndrome epiléptico, y en algunos casos, la causa de la epilepsia.

Hay que recalcar que en muchas personas con epilepsia la exploración y las pruebas complementarias son normales por lo cual el diagnostico de epilepsia se basará fundamentalmente en la historia clínica.

diagnóstico de la epilepsia

Historial clínico

Es la parte fundamental en el proceso diagnóstico de epilepsia. La descripción de la crisis debe obtenerse tanto del paciente como de los observadores presentes en el momento de la crisis, para informarnos con todo tipo de detalles de lo que sucedió antes, durante y después de la misma.

Datos importantes de la observación de las crisis epilépticas son las circunstancias en que se produjo la crisis, la afectación o no del estado de la consciencia, la aparición de síntomas motores, sensitivos, sensoriales, verbales, o automatismos, la duración aproximada de las crisis y como se ha recuperado el estado normal.

Además de la descripción de las crisis, es importante la historia médica familiar y personal desde el nacimiento, que puede orientarnos hacia la causa de la epilepsia.

Pruebas complementarias

Análisis generales de sangre

Son pruebas complementarias básicas que se realizan prácticamente en la evaluación de cualquier enfermedad para descartar otras enfermedades, sobre todo antes de iniciar tratamiento con fármacos anti epilépticos.

Electrocardiograma

Permite descartar enfermedades cardíacas. Los episodios repetidos de pérdida de conciencia no siempre son crisis epilépticas. De hecho son mucho más frecuentes las pérdidas de conocimiento de causa cardiovascular, ya sea puramente cardiaca o simplemente por hipotensión.

Electroencefalograma (EEG)

Consiste en el registro a través del cráneo de la actividad eléctrica producida por la descarga de neuronas en el cerebro. Esta actividad eléctrica se representa gráficamente mediante líneas ondulantes.

Las anomalías epileptiformes son descargas agudas de mayor voltaje y rapidez que la actividad cerebral de fondo y aparecen sobre todo en personas con epilepsia.

El objetivo que se pretende al realizar un EEG en un paciente con epilepsia es intentar detectar anomalías epileptiformes que nos ayuden a confirmar y clasificar la epilepsia.

Electroencefalograma (EEG)

Permite descartar enfermedades cardíacas. Los episodios repetidos de pérdida de conciencia no siempre son crisis epilépticas. De hecho son mucho más frecuentes las pérdidas de conocimiento de causa cardiovascular, ya sea puramente cardiaca o simplemente por hipotensión.

 

Utilidad del EEG

Diagnostico de epilepsia en un paciente que ha sufrido la primera crisis epiléptica.
Caracterizar el tipo de síndrome epiléptico.
Localización del foco epiléptico.

 

Limitaciones diagnosticas del EEG

EEG entre crisis puede ser normal, por lo cual no es necesario un EEG patológico para diagnosticar epilepsia. La rentabilidad (posibilidad de ver anomalías epileptiformes) es variable según el tipo de epilepsia, del momento de realizarse, de la medicación y de otros factores.

El 5% aproximadamente de la población puede tener un EEG anormal sin padecer ningún tipo de epilepsia, por lo cual por si solo un EEG anómalo no constituye un diagnóstico de epilepsia. Para diagnosticar epilepsia es necesario que esa persona haya tenido crisis epilépticas.

 

Tipos de EEG

EEG estándar

La mayoría de los EEG se realizan en condiciones basales, es decir sin ninguna preparación especial y mediante un registro corto de unos 25 a 30 minutos. Son EEG intercríticos, es decir registran la actividad entre crisis. Habitualmente, durante un EEG se realizan varias maniobras de activación, que aumentan la posibilidad de aparición de anomalías epileptiformes y consisten en la hiperventilación y la estimulación lumínica intermitente.

EEG en circunstancias especiales

En ocasiones puede ser útil realizar EEG en circunstancias especiales, que incluyen privación de sueño (total o parcial), o sueño (ya sea nocturno o siesta). La finalidad de estos registros especiales es disponer de estudios más prolongados y en circunstancias especiales que pueden aumentar la posibilidad de aparición de anomalías epileptiformes. Los EEG durante el sueño también son útiles para distinguir determinados trastornos del sueño que puede asemejarse a crisis epilépticas.

Vídeo-EEG

Es el registro simultáneo de actividad cerebral mediante EEG conjuntamente con la de fenómenos clínicos mediante vídeo. La duración del registro puede ser variable, desde minutos a varios días. El objetivo es documentar el comportamiento del paciente durante una crisis y correlacionarlo con los hallazgos en el EEG. Es muy importante para diferenciar crisis epilépticas de otros fenómenos paroxísticos, como pueden ser síncopes, narcolepsia o crisis psicógenas no epilépticas.

Los registros de vídeo-EEG prolongados durante días son casi exclusivamente utilizados en el estudio prequirúrgico de la epilepsia. La finalidad de esta monitorización a largo plazo es registrar varias crisis epilépticas de las que habitualmente sufre un paciente para confirmar que son crisis epilépticas y localizar la zona del cerebro donde se originan.

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Resonancia Magnética (RM) cerebral

Salvo en casos de epilepsias generalizadas idiopáticas (que por definición tienen una neuroimagen normal) o de otras epilepsias benignas de la infancia está indicado realizar una prueba de RM en todos los pacientes epilépticos, especialmente si se sospecha un origen focal (localizado) de las crisis.

Hasta hace algunos años muchas de las epilepsias focales quedaban si un diagnóstico morfológico porque en las pruebas de imagen no se apreciaba ninguna anormalidad. Gracias a la continua evolución de éstas técnicas el porcentaje de pacientes en los que no se encuentra ninguna anomalía se ha reducido drásticamente. Aún así es aún frecuente que muchos pacientes con epilepsia en la que se supone un origen focal en los cuales no se encuentra ninguna lesión

Otras pruebas complementarias

Además de los exámenes discutidos hasta ahora existen muchas otras pruebas diagnósticas que no son necesarias habitualmente en el manejo de un paciente epiléptico pero que se emplean bien en casos muy seleccionados o en el diagnostico prequirúrgico. Los más destacables son:

Estudios genéticos

En determinadas epilepsias en las que se sospecha causa heredable existen disponibles determinaciones genéticas para intentar llegar a un diagnóstico específico. número de test genéticos bien establecidos y disponibles para epilepsia es no obstante muy limitado todavía. Magnetoencefalografía: Una técnica parecida al EEG que registra la actividad eléctrica del cerebro a través de modificaciones de campos magnéticos, lo que permite localizar con más precisión y en regiones más profundas del cerebro un posible foco epileptógeno. Su precio muy elevado y dificultad de uso limitan su uso a casos muy seleccionados. Es controvertido si esta técnica supera a la combinación de neuroimagen y EEG convencional, por lo que no todas las unidades de epilepsia confían en él como arma diagnóstica.

Estudios de neuroimagen funcional

Son principalmente la tomografía por emisión de positrones (PET), la tomografía de emisión de fotón simple (SPECT) y la RM funcional. Ninguna de estas exploraciones es necesaria de forma habitual en pacientes con epilepsia, y no están disponibles en cualquier centro. Se usan sobre todo en la evaluación prequirúrgica. Sus indicaciones son principalmente dos:

  • Intentar localizar o confirmar un posible foco epiléptico en pacientes con epilepsias refractarias en los que se plantea la posibilidad de tratamiento quirúrgico.
  • Evaluación de función motora, lenguaje o memoria previamente a la cirugía para intentar predecir potenciales secuelas tras la misma. Esta segunda indicación se realiza únicamente en centros muy especializados y se encuentra en una fase experimental en algunos aspectos.

Por último cabe mencionar algunas técnicas que están a medio camino entre las pruebas funcionales y anatómicas como son la RM con espectroscopia y la imagen por difusión con reconstrucción tractográfica. Ambas se emplean de forma también parcialmente experimental en el diagnóstico prequirúrgico de la epilepsia.