La dieta debe ser equilibrada y variada. Ninguno de los alimentos integrantes de la dieta tradicional mediterránea se ha descrito como inductor de crisis epilépticas.
Las bebidas alcohólicas en exceso y las drogas ilegales pueden desencadenar crisis epilépticas y se deben de evitar.
Cafeína: aunque se sabe que la cafeína tiene capacidad para estimular la excitabilidad cortical, lo cierto es que ningún estudio ha demostrado que una cantidad moderada de café o de otras bebidas que contengan cafeína (té, bebidas de cola y otros refrescos estimulantes) empeore el control de las crisis en el enfermo epiléptico, por lo que su uso está permitido en las personas con epilepsia.
Alcaloides de la efedra (efedrina): incluidos en algunos productos, que son utilizados como suplementos nutritivos o en regímenes de adelgazamiento pueden predisponer a la aparición de crisis y, por tanto, deberían ser evitados por el enfermo epiléptico.
Sin embargo, es importante saber que el deporte y la actividad física en general pueden tener un efecto protector de las crisis de forma indirecta, disminuyendo el nivel de ansiedad y aislamiento social del paciente epiléptico.
Por todo ello y teniendo en cuenta el beneficio general sobre la calidad de vida del ejercicio físico, se puede recomendar una actividad física habitual en el enfermo epiléptico evitando los deportes que puedan acarrear riesgo físico en caso de ocurrir una CE espontánea (submarinismo, alpinismo, motociclismo, etc.). Los padres de niños y adolescentes con epilepsia deben estimular a sus hijos a la práctica de deporte.